Apología a la...
Escribo estás lineas inmerso en una histeria continúa, una fobia insufrible, un sin vivir como el peor. Pero debo ser fuerte, no me deben temblar las manos al escribir, no debo dar saltos de miedo cuando se muevan los pelos de mis piernas y brazos a causa del ventilador que airea mi alcoba.Temo la luz que sale por la ventana de mi habitación anunciando su presencia, temo toda abertura en los precintos de la estructura y todo resto de comida que se me puediese haber caido en un movimiento en falso. Para más inri el aerosol esta vació y lo único que sucede si acciono el botón es que brota un pequeño silvido limpio de gases y productos químicos.
Cuando duermo no descanso pués se que está ahí, que puede rozar mi ruda piel y mis gruesas extremidades y mi tan fornida espalda en cualquier momento, de verás, tiemblo y el pánico me envuelve. Duermo con una camiseta antigua a los pies de mi cama por si tubiese que exterminar alguna criatura que interrumpiese mi sueño, pués como dije, el aerosol está vacío.
Pequeño insecto que ansias mi habitación como lo hago yo cuando estoy exhausto, ¿no crees que deberías buscar un lugar en donde te aceptasen y no fueses repudiada y asesinada cuando te vean?, ¿no crees que deberías pensar un poco en el dueño del espacio que ocupais tu y tus amigas?
Por favor, no volvais a mi, dejadme olvidar este miedo constante, iros cucarachas de mi cuarto.
1 comentario
Raquel -
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Gracias